El páramo es uno de los ecosistemas más importantes para el suministro de agua en Colombia. A más de 3000 metros sobre el nivel del mar, la danta de páramo ha desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en este ambiente frío y de baja oxigenación. Sus patas grandes y robustas le permiten caminar en terrenos pantanosos y su pelaje grueso la protege de las bajas temperaturas.
Las playas costeras de Colombia son el hogar del cangrejo fantasma, conocido por su increíble capacidad de camuflaje. Estos cangrejos pueden moverse rápidamente por la arena, mezclándose con el entorno. Su nombre proviene de su habilidad para desaparecer de la vista mientras excavan madrigueras para refugiarse de los depredadores y del calor intenso del día.
La tortuga hicotea se mueve entre el agua y la tierra, aprovechando ambos mundos para sobrevivir. En los cuerpos de agua del Magdalena, esta tortuga semiacuática es esencial para el equilibrio ecológico, alimentándose de plantas y pequeños animales. Su caparazón resistente le permite protegerse tanto de los depredadores acuáticos como terrestres.
Los páramos y las playas se encuentran entre los ecosistemas más vulnerables al cambio climático. El aumento de la temperatura global amenaza la biodiversidad de ambos. Los páramos, que son cruciales para el almacenamiento de agua, están viendo reducida su extensión, mientras que el aumento del nivel del mar pone en riesgo a las playas y los ecosistemas costeros.